Comportamiento del trauma raquimedular en SanctI Spiritus. Cuba 2006 (página 2)
Síndrome de la" cola de caballo": Las heridas
y traumatismos que lesionan la columna vertebral por debajo
de la vértebra L1 pueden dañar las
raíces nerviosas que constituyen la cola de caballo.
Las raíces espinales que la forman son las 4
últimas lumbares y las sacrococcígeas y se
extienden hasta el fondo de saco dural. Las lesiones
traumáticas de la cola de caballo son poco frecuentes.
Las afectaciones de estas raíces provocan una
parálisis total de los miembros inferiores que
comprende el territorio crural y ciático en su
conjunto y que se acompaña de trastornos esfinterianos
de naturaleza periférica. Cuando la lesión no
es completa y se mantienen intactas las raíces L1-L4,
el reflejo rotuliano permanece conservado. La
alteración de la sensibilidad afecta todo el miembro
inferior pero no llega alcanzar el pliegue inguinal por estar
respetado la raíz L1. La sensibilidad de los
testículos permanece intacta. Si la lesión
sólo afecta las raíces S3-S4 la anestesia se
dispone en silla de montar, de manera similar como ocurre en
las lesiones del cono medular. Si el trauma lo que provoca es
una compresión de esta región pueden
desencadenarse dolores radiculares de carácter
intenso. Esta asociación de anestesia con dolor es
típica de las lesiones compresivas de la cola de
caballo y es un síntoma importante que permite
diferenciarla de las afectaciones del cono medular. El dolor
se localiza en la región lumbar y ser extiende por la
cara posterior del muslo, pierna y región perineal.
Resumiendo, los traumatismos que lesionan la cola de caballo
en su forma completa dan origen a un síndrome
caracterizado por una parálisis motora de tipo
periférico, con hipotonía y abolición de
los reflejos, impotencia sexual, alteraciones de los reflejos
y anestesia dolorosa. Se trata de la única
parálisis periférica que se acompaña de
trastornos esfinterianos 23, 24.
Diagnóstico topográfico de las lesiones
medulares.
Lesiones medulares cervicales: los traumatismos
de la columna cervical con lesión medular ocurren
generalmente por un mecanismo de
hiperflexión-extensión como consecuencia de un
accidente de tránsito, caídas desde alturas y
prácticas de deportes de clavado. Las lesiones de los
segmentos C1-C2 raramente son compatibles con la vida. Cuando la
lesión ocurre desde los segmentos C1-C4 estas se
acompañan de cuadriplejía con alteraciones
respiratorias severas al estar comprometidos los segmentos
medulares que inervan los músculos de la
respiración. La muerte es con frecuencia rápida. La
sección transversal provoca tetraplejía con
anestesia que comienza en el cuello y nuca, pueden estar
comprometidos los músculos trapecio y
esternocleidomastoideos, con la consiguiente dificultad para
mover la cabeza y elevar los hombros. La respiración
está afectada, con crisis disneicas y asfixia por
parálisis del diafragma, al existir compromiso de los
segmentos C3-C4 donde se encuentran los cuerpos neuronales que
dan origen al nervio frénico.
Si la lesión compromete los segmentos cervicales
inferiores (C5-D1) se produce parálisis motora de tipo
periférica de los miembros superiores y de tipo central en
los inferiores con anestesia hasta las clavículas. Si la
lesión se encuentra en C5-C7, la parálisis de los
cuatro miembros es total. Si los segmentos seccionados son C7-DI,
el nivel de la parálisis comprende los músculos de
las manos y los antebrazos. La anestesia en los miembros
superiores se dispone a lo largo de la porción interna del
brazo y alcanza el tronco hasta la segunda costilla. Si el
segmento DI, está dañado se observa un
síndrome de Claude Bernard-Horner.
Lesiones medulares torácicas: estas
lesiones provocan paraplejia con parálisis de los
músculos intercostales y dificultad respiratoria. La
localización del nivel lesional se hará a
través del trastorno de la anestesia. El reflejo abdominal
superior tiene su centro reflexógeno en los segmentos
D6-D7, el abdominal medio en los D8-D9 y el inferior en los
segmentos D10-D11-D12.
Lesiones medulares lumbares: si se produce una
lesión traumática que actúe a nivel de los
segmentos LI-S2, el resultado es una parálisis de los
miembros inferiores, concomitando con una anestesia cuya
demarcación superior esta delimitada por los pliegues
inguinales. El reflejo rotuliano esta abolido al igual que el
aquiliano. Se producen además trastornos de los
esfínteres y de las funciones vegetativas del territorio
dependiente de los segmentos por debajo de la lesión. Las
lesiones de los segmentos L4-SI, de acompañan de
parálisis de los músculos flexores de la rodilla,
extensores de la cadera, abductores de la pierna así como
de los músculos del pie. Si las alteraciones están
limitadas a esta zona se conserva el reflejo rotuliano, pero
están abolidos el aquíleo y el plantar 25, 26, 27.
Existen músculos que se consideran claves para definir el
nivel motor de la lesión y su correspondencia con el nivel
medular, esto resulta de gran importancia para establecer el
diagnostico.
Músculos claves para la clasificación
del nivel motor:
C5 – flexores del codo.
C6 – extensores radiales de la
muñeca.C7 – extensores del codo.
TI – aductor digital mínimo (aductor
del dedo meñique).L2 – flexores de cadera.
L3 – extensores de la rodilla.
L4 – dorsiflexores del tobillo.
L5 – extensores largos de los
dedos.S1 – flexores plantares del
tobillo.
Se califica de acuerdo a la escala de fuerza muscular
con puntación de 0 a 5.
Calificación | Fuerza muscular. | |||
0 | Ausencia de contracción | |||
1 | Contracción muscular, sin | |||
2 | Contracción muscular, con | |||
3 | Contracción muscular, con | |||
4 | Contracción, vencimiento de la | |||
5 | Contracción y movimiento |
La evaluación sensitiva se lleva a cabo por medio
de los dermatomas, en los cuales también se valoran los
esfínteres, tanto anal como vesical. Los niveles
sensitivos deben ser determinados por las áreas sensitivas
claves y guiándose por un diagrama de
dermatomas.
Áreas sensitivas:
C2 – protuberancia occipital.
C3 – fosa supraclavicular.
C4 – borde superior de la articulación
acromio-clavicular.
C5 – borde lateral de la fosa antero
cubital.
C6 – dedo pulgar.
C7 – dedo medio.
C8 – dedo meñique.
T1 – borde medial (ulnar) de la fosa
antero-cubital.
T2 – ápex de la axila.
T3 – tercer espacio intercostal.
T4 – cuarto espacio intercostal
(pezones).
T5 – quinto espacio intercostal.
T6 – sexto espacio intercostal
(xifoesternón).
T7 – continuación del séptimo
espacio intercostal hacia la línea media.
T8 – continuación del octavo espacio
intercostal hacia la línea media.
T9 – continuación del noveno espacio intercostal
hacia la línea media.
T10 – continuación del décimo espacio
intercostal hacia la línea media.
T11 – continuación del undécimo espacio
intercostal hacia la línea media.
T12 – ligamento inguinal en región de la
arteria femoral. 24, 26, 27, 28, 29.
Para la confirmación del diagnóstico de
las lesiones raquimedulares traumáticas, resultan de gran
importancia los exámenes imagenológicos. Los
estudios radiográficos se realizarán en los
enfermos después que se hayan tomado aquellas medidas para
lograr la estabilización vital de los pacientes graves y
limitar el daño medular post-traumático. La
mayoría de las lesiones vertebrales pueden ser valoradas
por radiografías simples en proyecciones antero-posterior
y lateral. Si se pretende evaluar las vértebras C1 y C2
debe realizarse la radiografía frontal con la boca
abierta. Esta vista permite establecer las relaciones entre el
atlas y el axis y visualizar la apófisis odontoides. La
zona más difícil de evaluar mediante
radiografías simples es la cervicodorsal, donde son
necesarias realizar vistas especiales como la proyección
de nadador o tomografías lineales. 30, 31. La presencia de
inestabilidad, definida como la pérdida de la capacidad de
la columna vertebral para mantener las relaciones entre las
vértebras entre sí sin que se originen signos
clínicos de daño medular o de las raíces, es
posible determinarla mediante estudios simples. Son criterios de
inestabilidad vertebral, el desplazamiento mayor de 3,5
milímetros de un cuerpo vertebral sobre el otro, observado
en las placas laterales en la región cervical, la
diastasis de los pedículos, la angulación mayor de
11 grados de un cuerpo vertebral sobre el otro, en
relación con la angulación de la vértebra
adyacente y subyacente no lesionada en la columna cervical y el
desplazamiento mayor de un 5to del cuerpo vertebral en la columna
toracolumbar visto en la placa lateral. La Tomografía
Axial Computarizada (TAC) es el método idóneo para
la evaluación de los cuerpos y discos vertebrales,
así como para valorar el grado de compresión del
canal vertebral. La Resonancia Magnética Nuclear (RMN)
permite evaluar además de los cuerpos y discos
vertebrales, el canal medular, la médula espinal y las
raíces nerviosas 31, 32.
Manejo del paciente con traumatismo
raquimedular.
El primer aspecto en el manejo de un
paciente con un TRM es la realización de un correcto
diagnóstico. En los pacientes conscientes que se quejan de
dolor en cuello y espalda con dificultad para movilizar las
extremidades el diagnóstico resulta fácil. Sin
embargo, en aquellos individuos que se encuentran inconscientes
como resultado de un traumatismo craneoencefálico (TCE) o
en el curso de un trauma severo en otra región del
organismo el diagnóstico no resulta tan claro. En estas
últimas circunstancias deben ser manejados como si
tuvieran una lesión medular hasta que se demuestre lo
contrario: todo paciente con un TCE, enfermos con toma de la
conciencia, personas con trauma menor que manifiesten molestias
en el cuello o espalda o presenten síntomas tales como
hormigueo, adormecimiento, debilidad o parálisis de una o
varias extremidades, respiración abdominal o priapismo. La
evaluación del paciente se efectuará de manera
rápida y precisa a través de una historia
clínica que esclarezca el probable mecanismo de la
lesión, el estado de conciencia, la existencia de
debilidad motriz en algún momento después del
trauma. Como mencionamos con anterioridad las lesiones medulares
por encima de C5 producen insuficiencia respiratoria grave,
frecuentemente fatales. En las secciones medulares completas a
nivel de C5 la musculatura intercostal resulta paralizada,
mientras que se mantiene la respiración
diafragmática, en tanto, en las lesiones a nivel de C3-C4
es esta última la afectada. En los casos de lesión
de C5 la parrilla costal se deprime a la inspiración y
resulta una respiración paradójica. En los traumas
severos la obstrucción por sangramiento nasal resulta en
taponamiento de la vía aérea.
En todas las condiciones anteriores es
imprescindible asegurar una adecuada ventilación del
paciente. Si es necesario se administrará oxígeno
por catéter nasal o se procederá a la
intubación y acople del enfermo a ventiladores
mecánicos. La oxigenación de la sangre se
determinará mediante gasometría. Si el daño
medular es severo o se produce por encima de D6 se produce
vasoplejía con caída de la presión arterial,
aunque generalmente en estas condiciones no se produce shock
hipovolémico. En caso de shock se recomienda el uso de
agentes vasopresores como la dopamina.
La hidratación se hará de
manera cuidadosa para evitar el edema pulmonar. Ante la presencia
de shock hipovolémico se debe sospechar la ruptura de una
víscera, hemotórax u otra causa de sangramiento. La
administración de infusiones intravenosas, expansores del
plasma, plasma y transfusiones de sangre se realizarán de
forma rápida para controlar la anemia aguda y mantener
estable la tensión arterial. Una vez determinada las
lesiones de la columna y la médula, de forma inmediata se
procederá a la administración de esteroides. La
aplicación de una dosis inicial de 30 mg/kg de
metilprednisolona seguido de 5,4 mg cada hora ha demostrado ser
beneficiosa para la recuperación de las funciones motoras
y sensitivas. La metilprednisolona es capaz de suprimir la muerte
neuronal secundaria.
Parece existir una correlación
positiva entre menor infiltración de leucocitos y mayor
preservación del tejido medular. Al reducir el edema y la
infiltración leucocitaria, la metilprednisolona disminuye
la intensidad de la perioxidación y preserva más
tejido medular. El efecto es el resultado de la
interacción de la metilprednisolona con el receptor de
glucocorticoides expresado por células del
parénquima medular. Se ha demostrado que dicho receptor es
detectable en el parénquima 15 minutos después de
una contusión, alcanzando su máxima
expresión transcurridas 8 h de la lesión,
disminuyendo hasta sus niveles basales a las 72 horas 8, 12, 15,
28, 30.
Manejo específico de las lesiones
medulares.
Si existen fracturas por aplastamiento o subluxaciones
cervicales, en un principio serán tratadas por
inmovilización con tracción esquelética que
se mantiene por un tiempo suficiente que debe ser aproximadamente
hasta 6 semanas para lograr la realineación, evitar la
luxación y el daño medular. Para tal efecto existen
sistemas de pesas que pueden ser sustituidas dadas las
condiciones con inmovilización con yeso, además de
la fijación de un halo en torno al cráneo con
soporte rígido de una pieza rígida desde el
pectoral.
Una regla sencilla para iniciar la tracción es
colocar 5 libras de peso por cada espacio vertebral a reducir. El
peso puede ser aumentado hasta el doble de la cantidad
mencionada, lo que se debe realizar con extremo cuidado para no
ocasionar o agravar el daño medular. Una buena medida que
evita el uso de tracciones con mayores pesos lo es el uso de
relajantes musculares. Entre los relajantes musculares usados con
este fin se encuentra el baclofeno (relajante muscular por
excelencia), diazepam, clonidina, tizanidina, gabapentina,
dantroleno y otros. En las fracturas conminutas o por
aplastamiento de la región toracolumbar, la
inmovilización con reposo en cama puede lograr la
realineación. Si existe daño medular a cualquier
nivel o la médula se encuentra comprimida por esquirlas
óseas, discos protuídos o hematomas, o no se logra
la descompresión mediante la tracción
esquelética el tratamiento quirúrgico es la
solución definitiva y se realizará con urgencia
para evitar la instalación de daño irreversible.
Las secciones medulares resultan siempre irreversibles pese al
tratamiento quirúrgico, no obstante, si existe
compresión de la médula está indicado este
con el objetivo de que la lesión no se agrave.
Algoritmo de trabajo en el manejo del trauma
raquimedular.
Las complicaciones más frecuentes que
pueden aparecer en el curso de los traumatismos raquimedulares
son:
Hemorragia digestiva alta.
Fenómenos trombo-embólicos,
fundamentalmente trombosis venosas profundas y trombo-embolismo
pulmonar.
Ulceras por presión.
Edema pulmonar.
Infecciones nosocomiales.
Vejiga neurogénica.
Atelectasias 34, 35.
Pronóstico.
El pronóstico de las lesiones medulares
traumáticas depende de la intensidad, extensión y
localización de las lesiones. El traumatismo de la
región cervical superior es fatal, en la mayoría de
las veces. Los de la médula cervical inferior
también resultan muy graves a consecuencia del edema o
hemorragia que suelen provocar compresión sobre las
estructuras vitales del bulbo vecino, además se
acompañan de tetraplejía. Las lesiones dorsales y
de la región lumbosacra tienen buen pronóstico y
sólo rara vez producen muerte inmediata, pero cuando son
extensas pueden originar paraplejías definitivas con
complicaciones infecciosas a largo plazo, que pueden dar al
traste con la vida. En este sentido la atención esmerada y
las medidas de rehabilitación actual mejoran el
pronóstico. Las lesiones del cono medular y la cola de
caballo no son nunca mortales, pero pueden dejar graves secuelas
paréticas y trastornos esfinterianos que incapacitan al
enfermo.
Capítulo II.
Diseño
Metodológico
A- Tipo de estudio.
Se realizó una investigación descriptiva,
longitudinal y retrospectiva, que reconoce como coordenadas
espacio-temporales las siguientes:
Espacio: servicio de neurocirugía del
Hospital Provincial Universitario" Camilo Cienfuegos" de Sancti
Spíritus.
Tiempo: período comprendido desde el
primero de enero hasta el 31 de diciembre del año
2006.
B- Población y
muestra.
La población quedó conformada por 51
pacientes con el diagnóstico de traumatismo raquimedular,
que fueron atendidos en el servicio e institución
mencionados, durante el período de tiempo considerado. En
la definición de la población a estudiar se
consideraron como criterios de inclusión: todos los
pacientes registrados oficialmente en el Hospital Provincial
Docente "Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus con el
diagnóstico de traumatismo raquimedular.
Obtención del dato primario.
Como instrumento para la obtención del dato
primario se confeccionó un modelo de recolección de
la información (anexo 1), diseñado en
correspondencia con las variables a estudiar, que permitió
registrar los datos, tomando como fuente, los expedientes
clínicos de los pacientes ingresados con
diagnóstico de trauma raquimedular, ubicados en el
Departamento de Estadísticas y Archivo del
hospital.
Métodos de la
investigación
Del nivel teórico.
Método del enfoque sistémico; el
cuál ofreció una orientación para el estudio
de la problemática relacionada con los traumatismos y sus
diferentes interrelaciones.
Método histórico-lógico para la
elaboración de la fundamentación teórica de
la investigación y para referir la evolución del
problema hasta la determinación de los
resultados.
Método analítico sintético para la
determinación de las partes que constituyen el proceso
investigativo y su integración en sus distintas
etapas.
Del nivel empírico.
Observación documental: para determinar las
características del diagnóstico y tratamiento de
los pacientes con lesiones medulares traumáticas, a partir
de la descripción de diferentes variables como la edad,
sexo, etiología del trauma, tipo de fractura,
localización de la lesión, clasificación
funcional, tratamientos y complicaciones. Los documentos
observados fueron las historias clínicas de los
pacientes.
Del nivel estadístico
matemático.
El procesamiento de la información se
realizó mediante el uso de programas estadísticos,
empleando el Microsoft Word 2003 del paquete de office, para la
organización y presentación de la
información. Para el análisis de la incidencia de
traumas raquimedulares y la letalidad por esta causa se
calcularon las siguientes tasas:
Asumiendo que la población adulta espirituana en
el año 2006 era de 37 9568 habitantes. Se utilizó
la distribución porcentual y los resultados se presentaron
en tablas de contingencia y gráficos, que permitieron dar
salida a los objetivos del trabajo y respuesta al
problema.
Consideraciones éticas.
El carácter documental y anónimo de la
recogida de la información permiten respetar tanto la
confidencialidad de la misma, como la individualidad e intimidad
de los pacientes; además los principales resultados
sólo serán utilizados con fines
científicos.
Operacionalización de las
variables.
Edad: Se considera la edad, el tiempo en
años, transcurrido desde el nacimiento hasta la
recolección de los datos, constituye una variable
cuantitativa discreta y se toma la siguiente escala:
15- 24 años
25- 34 años
35- 44 años
45- 54 años
55- 64 años
Más de 65 años.
Sexo: Constituye una variable cualitativa ordinal
y se define como el género al que pertenece el paciente,
dividiéndose en masculino y femenino.
Etiología del trauma: variable cualitativa
nominal politómica. Se refiere a la causa que
provocó la lesión, pudiendo ser:
Accidente de tránsito
Accidente deportivo
Accidente laboral
Accidente casual
Intento de autolisis.
Tipo de fractura: variable cualitativa nominal
politómica. Determinado a partir de las imágenes
radiológicas, con la siguiente escala:
Aplastamiento
Fractura- luxación
Estallido
Luxación bilateral
Fractura en" lágrima"
Luxación unilateral.
Localización de la lesión: variable
cualitativa nominal politómica. Se refiere al segmento
vertebral afectado y se divide en:
Cervical
Dorsal
Lumbosacra.
Tipo de lesión de acuerdo a su
clasificación funcional: variable cualitativa nominal
politómica. Se define como el conjunto de síntomas
y signos que aparecen una vez sufrido el trauma raquimedular,
ellos pueden magnificarse a las funciones sensitivas, motoras y
autonómicas. Se toman las siguientes escalas:
Lesión medular completa: pérdida total
de movimientos, sensibilidad, reflejos y control de los
esfínteres por debajo del nivel de la lesión
medular.Lesión medular incompleta: presenta hallazgos
neurológicos variables, como pérdida parcial de
la sensibilidad y/o motricidad por debajo de la
lesión.
Tratamiento: variable cualitativa nominal
dicotómica. Se refiere a las medidas adoptadas en el
manejo de los pacientes afectados Se definen dos
categorías:
Tratamiento médico: dirigido a reducir el
edema y para la protección medulorradicular, a base de
metilprednisolona con una dosis inicial de 30 mg/kg de peso
por vía endovenosa, en 15 minutos, luego una pausa de
45 minutos y posteriormente continuar con una dosis de
mantenimiento a razón de 5.4 mg/kg/hora en
infusión continua. durante las siguientes 23 horas y
la administración de manitol al 20% en dosis de 100ml
endovenosos a pasar en 5 minutos.Tratamiento quirúrgico: el objetivo esencial
es descomprimir si persiste la compresión de
estructuras nerviosas y estabilizar si se trata de una
columna inestable.
Complicaciones más frecuentes: variable
cualitativa nominal politómica. Se definen como los
resultados adversos en la evolución y tratamiento de los
pacientes afectados, dividiéndose en:
Úlceras por presión
Fenómenos tromboembólicos
Infecciones nosocomiales
Hemorragia digestiva alta
Vejiga neurogénica.
Evolución de los pacientes: variable
cualitativa nominal dicotómica, que mide el estado del
paciente al egreso y sus dos categorías son:
Vivo
Fallecido.
Análisis y
discusión de los resultados
Al finalizar la investigación, se revisaron 51
historias clínicas de pacientes con traumatismos
raquimedulares.
Tabla 1. Comportamiento de los indicadores en
relación con los traumatismos raquimedulares. Hospital
Provincial" Camilo Cienfuegos". Sancti Spíritus.
2006.
Indicadores Estadísticos | Valores |
Tasa de Incidencia | 1,3 X 10 000 |
Fallecidos | 2 |
Tasa de Letalidad | 3,9 % |
Total de Población | 379 568 |
Fuente: Anuario Estadístico
Salud.
En la tabla 1 se hace referencia al comportamiento de
algunos indicadores estadísticos entre los pacientes
portadores de traumas raquimedulares. Así tenemos una tasa
de incidencia de 1,3 X 10 000 habitantes y sólo dos
pacientes fallecieron, para una tasa de letalidad de 3,9 %. Se
comprueba así la existencia de una baja mortalidad por
esta patología; si se compara con otros autores como:
García Reneses 8 en una investigación realizada en
el año 2005, obtuvo un 5,3 % de mortalidad; Marino 36
reflejó un 4,2 % de mortalidad en el 2004, Mazaira 37 en
el 2003, reportó un 4,5 % y Krause 38 en el 2005, obtuvo
un 4,9 %. Sin embargo Rodríguez Suárez 39 en el
año 2000, en el Hospital" Gustavo Aldereguía Lima",
reportó sólo un fallecido, para un 3,12 % de
mortalidad.
Si bien, los traumatismos raquimedulares no alcanzan la
frecuencia de otros traumas como los craneoencefálicos, en
la actualidad están adquiriendo una connotación
social y económica creciente en los países
desarrollados. Más, lo importante no radica en las cifras
de mortalidad, sino en las discapacidades que pueden generar, en
su grupo más afectado que son los adultos jóvenes,
quienes son en potencia los más productivos de las
sociedades.
El coste social, familiar, personal, económico y
laboral que genera la patología raquimedular
traumática es enorme. Todo ello justifica cualquier
infraestructura multidisciplinaria que favorezca el largo proceso
de rehabilitación y reintegración social de las
víctimas de lesiones medulares traumáticas, junto
con el tratamiento de las muchas complicaciones tanto
psíquicas, como somáticas que puedan
surgir.
La casuística que se presenta no es
expresión de un problema alarmante, pero sí resulta
expresión de un problema real que existe en la provincia;
del cuál no se cuenta con estudios anteriores y que
solamente con una adecuada conducta preventiva,
diagnóstico precoz y tratamiento oportuno puede ser
resuelto.
La tabla 2, muestra la distribución etaria de los
pacientes; de ellos, 24, para un 47,05 % se encontraban entre los
15- 24 años de edad, seguidos en orden de frecuencia por
el grupo etáreo de 25- 34 años, que aportó
19 pacientes al estudio, para un 37,25 %. A medida que
aumentó la edad, la frecuencia de aparición del
trauma raquimedular fue disminuyendo; así tenemos que para
el grupo de edad de más de 65 años, sólo se
reportó un caso, para un 1,96 %. Los resultados pueden
apreciarse en la tabla 1.
Tabla 2. Distribución etaria de los
pacientes con traumatismos raquimedulares en el Hospital
Provincial" Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus durante
el año 2006.
Edad en años | No | % |
15- 24 | 24 | 47,05 |
25- 34 | 19 | 37,25 |
35- 44 | 3 | 5,88 |
45- 54 | 2 | 3,92 |
55- 64 | 2 | 3,92 |
Más de 65 | 1 | 1,96 |
Total | 51 | 100 |
Fuente: Historias
Clínicas.
Los resultados encontrados por la autora en el estudio
que se presenta, coinciden con lo reportado por diversos autores
nacionales y extranjeros como se aprecia en las siguientes
consideraciones:
En 1995, Terré Boliart R. 40 encontró en
una serie de 61 pacientes con traumatismos raquimedulares, que 25
pacientes, para un 40,98 % tenían menos de 20 años,
24 para un 39,34 % estaban entre 20-40 años y 12 para un
19,67 % tenían más de 40 años. Por su parte,
Pereira Riverón R. 3 en 1997 en Ciudad Habana
reportó un mayor porcentaje de lesiones medulares
traumáticas entre 15- 30 años. Donovan y col. 22
también encontraron en su casuística, que el mayor
número de pacientes eran adultos jóvenes, que
oscilaban entre 20- 25 años de edad. Vaccaro y col. 31
señalaron en sus estudios, como a medida que aumenta la
edad, decrece el porcentaje de traumas raquimedulares en
relación con la menor cantidad de ancianos que conducen
vehículos motorizados, así como menor
participación en actividades laborales y deportivas. La
investigación que se presenta, coincide con los estudios
anteriormente comentados, donde en general se señala una
mayor frecuencia de traumatismos raquimedulares en personas
jóvenes, porque es el grupo de edad implicado en las
actividades más violentas y de mayor riesgo.
Tabla 3. Pacientes con trauma raquimedular
distribuídos según el sexo. Hospital Provincial"
Camilo Cienfuegos". Sancti Spíritus. 2006.
Sexo | No | % |
Femenino | 16 | 31, 37 |
Masculino | 35 | 68, 62 |
Total | 51 | 100 |
Fuente: Historias
Clínicas.
En la tabla 3 se aprecia la distribución por sexo
en este grupo de enfermos; existiendo un predominio del sexo
masculino con 35 pacientes, para un 68,62 %, con respecto al
femenino que aportó 16 pacientes para un 31,37
%.
Todos los trabajos encontrados coincidieron con los
resultados de la autora, el género masculino se ve
envuelto por lo general en actividades donde es más
susceptible a sufrir traumas de alta intensidad, que truncan
así su vida productiva, razón por la que se le
considera como un problema serio de salud.
Gonzáles de la Torre 4 en su estudio donde
analizó el diagnóstico y tratamiento de las
fracturas toracolumbares encontró que el 75 % de los casos
eran del sexo masculino. Green 41 en una investigación
referida al enfoque global en la prevención,
atención médica de urgencia y manejo de las
lesiones de la médula espinal en el año 2004, en
Buenos Aires, comprobó que el 58 % de sus casos eran
hombres, al igual que Mclain 7 quien comunicó que el 62 %
de los pacientes estudiados por él, eran del sexo
masculino; asimismo, Chesnut 10 también encontró un
predominio de este sexo.
La autora no halló ningún estudio donde
predominaran las mujeres en relación con los traumas
raquimedulares.
Tabla 4. Etiología del trauma raquimedular
en los pacientes ingresados en el Hospital Provincial" Camilo
Cienfuegos" de Sancti Spíritus en año
2006.
Etiología del trauma | No | % |
Accidente laboral | 6 | 11,76 |
Accidente de tránsito | 32 | 62,74 |
Accidente deportivo | 4 | 7,84 |
Accidente casual | 9 | 17,64 |
Intento de autolisis | 0 | 0 |
Total | 51 | 100 |
Fuente: Historias
Clínicas.
En relación con la etiología del trauma
raquimedular; tabla 4, la autora del estudio que se presenta,
encontró, que los accidentes del tránsito
constituyeron la primera causa de los mismos, aportando 32
pacientes, para un 62,74 %. Los accidentes casuales, entre ellos,
las caídas y las inmersiones en aguas poco profundas,
fueron la segunda causa, con 9 pacientes, para un 17,64 % del
total de casos. La tercera causa fueron los accidentes laborales
en relación con el uso inadecuado de los medios de
protección, con 6 casos, para un 11,76 %. La cuarta causa
respondió a los accidentes deportivos, con 4 pacientes,
representando un 7,84 %.
Al revisar la bibliografía, la autora
encontró que la mayoría de los autores concuerdan
con los resultados del presente estudio; así tenemos
que:
García- Reneses 8 en su estudio
epidemiológico del daño espinal medular en
España, reportó los accidentes de tránsito,
como la primera causa de traumas raquimedulares con un 69 % de
los casos, seguidos por los accidentes casuales con 16 %. Este
autor informó un discreto aumento de los accidentes
deportivos con un 6,5 %, en relación con los laborales,
que aportaron un 5 %, así como un 3,2 % de intento de
autolisis.
Contreras 42 reportó un 61 % de accidentes de
tránsito, que también constituyeron la primera
causa de traumatismos raquimedulares, seguidos por accidentes
casuales con un 19 %, los laborales con un 12 % y los deportivos
con un 7,6 % de su serie. Este autor además coincide con
el estudio que se presenta en que no reporta intento de autolisis
como causa de lesiones medulares traumáticas.
Por su parte, Romero Meza 43 en un estudio realizado en
el Hospital Militar Central de Santafé de Bogotá,
del personal activo de las fuerzas militares que ingresó
con el diagnóstico de traumatismos raquimedulares,
reportó, como principales etiologías, las heridas
por armas de fuego con 43,6 %, lo cuál, guarda
relación con los constantes enfrentamientos de este sector
de la población con grupos paramilitares, condicionado por
el ambiente de violencia que vive ese país; caídas
de alturas y sumersión 34,6 %, accidentes de
tránsito 15,4 %, heridas por armas corto punzantes 1,3 % y
electrocución 1,3 %.
En sentido general, la mayoría de los autores
coinciden en que actualmente los accidentes de tránsito
constituyen la primera causa de los traumas
raquimedulares.
Tabla 5. Distribución de los pacientes con
traumatismos raquimedulares ingresados en el Hospital Provincial"
Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus durante el
año 2006, según la etiología del trauma y el
sexo.
Fuente: Historias
Clínicas.
Se estableció una relación entre la
etiología de los traumatismos raquimedulares y el sexo de
los pacientes estudiados; tabla 5, donde se destaca que de los 32
accidentes de tránsito, 26 de ellos ocurrieron en el sexo
masculino, para un 74,20 % y 6 en pacientes femeninas, que
representó un 37,50 %; con respecto a los 6 accidentes
laborales, 5 ocurrieron en hombres, para un 14,28 % y sólo
uno en mujeres, para un 6,25 %. Tuvieron lugar 9 accidentes
casuales, predominando en ellos el sexo femenino con 7 pacientes,
para un 43,75 %, mientras que, el sexo masculino, aportó 2
pacientes, que representó un 5,71 % de todos los casos.
Los accidentes deportivos comportaron similar frecuencia en ambos
sexos.
En 1966, la Asamblea Nacional de la Salud en Ginebra
definió los accidentes de tránsito como un problema
de salud; de manera que se torna urgente la lucha organizada
contra la endemia de los accidentes, que van adquiriendo
carácter epidémico, como primera causa de muerte en
los primeros cincuenta años de la vida y cuarta para todas
las edades. Se calcula que tan solo en las carreteras de los
países del mundo desarrollado, perecen anualmente 2,5
millones de personas y otros 10 millones quedan mutilados o
lesionados.
El predominio del sexo masculino en los accidentes de
tránsito, se debe a que estos individuos realizan
actividades laborales y sociales de mayor riesgo, favorecido en
muchos casos, por actitudes inmaduras con respecto a las medidas
de profilaxis de los accidentes, como son la falta de
cumplimiento de las leyes del tránsito, el uso inadecuado
de medios de protección, como el casco y el
cinturón de seguridad y la conducción de
vehículos bajo los efectos de la ingestión de
bebidas alcohólicas, entre otros. Esto coincide
ampliamente con la literatura revisada 6, 8, 17, 21, 36,
39.
Tabla 6. Fracturas más frecuentes
observadas en los pacientes con traumatismos raquimedulares.
Hospital" Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus.
Año 2006.
Fracturas más frecuentes | No | % |
Aplastamiento | 36 | 70,58 |
Fractura- luxación | 3 | 5,88 |
Luxación unilateral | 8 | 15,68 |
Luxación bilateral | 2 | 3,92 |
Fractura en" lágrima" | 1 | 1,96 |
Estallido | 1 | 1,96 |
Total | 51 | 100 |
Fuente: Historias
Clínicas.
La tabla 6 presenta las fracturas más frecuentes
encontradas en esta casuística. Las fracturas por
aplastamiento resultaron ser las más frecuentes con 36
casos para un 70,58 %, seguidas por la luxación unilateral
con 8 casos, que representó un 15,68 % de todos los
pacientes estudiados; la fractura- luxación aportó
3 pacientes, para un 5,88 % y la luxación bilateral con 2
casos, para un 3,92 %. Con relación a las fracturas en
estallido y en" lágrima" sólo se reportó 1
caso de cada una, representando un 1,96 % de los pacientes
analizados.
La gran mayoría de las fracturas pueden y deben
ser diagnosticadas mediante estudios radiológicos simples
tras el accidente, las radiografías en proyecciones
anteroposterior y lateral nos mostrarán la línea de
fractura, así como sus posibles desplazamientos. Esta
exploración puede completarse mediante estudios con
Tomografía Axial Computarizada y Resonancia
Magnética Nuclear, para valorar posibles lesiones
ligamentosas u óseas asociadas y el estado de la
médula. Los avances en pruebas de imágen que han
surgido en las últimas décadas proporcionan al
facultativo la posibilidad de limitar al máximo, el
márgen de error en la evaluación de la
patología traumática del raquis 40.
En un estudio realizado por Martín Ferrer 44 en
el servicio de neurocirugía del Hospital Universitario"
Joseph Trueta" en Girona reportó 54 pacientes para un
71,64 % de fracturas por aplastamiento, así como 20
pacientes para un 28,35 % de luxaciones unilaterales, lo
cuál coincide con los resultados encontrados por la
autora. Asimismo, Gonzáles de la Torre y col. 12 en un
estudio realizado desde enero de 1999 hasta diciembre del
año 2000 en el Hospital Juárez de México,
reportó resultados muy similares a los encontrados en el
estudio que se presenta.
De la literatura revisada, sólo Romero Meza 43 en
su trabajo realizado en el Hospital Militar de Santafé de
Bogotá, no concuerda con lo reportado en la presente
investigación. La autora opina que esto se encuentra en
relación con el predominio de las heridas por armas de
fuego reportadas por Romero Meza en su estudio; como consecuencia
del constante estado de violencia que vive Colombia.
Gráfico 1. Distribución de los
pacientes con traumatismos raquimedulares ingresados en el
Hospital Provincial" Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus
durante el año 2006 según la localización de
la lesión.
Fuente: Historias
Clínicas.
El gráfico 1, muestra la localización
topográfica de las lesiones, donde se observó un
predominio a nivel de la columna cervical con 32 pacientes, para
un 62,74 %, seguidas por las lesiones lumbosacras con 16
pacientes, que representó un 31,37 %. Con respecto a las
lesiones dorsales, sólo se reportaron 3 casos, para un
5,88 % de todos los casos estudiados.
Las lesiones de columna ocurren predominantemente en los
segmentos móviles cervical y lumbar. En la región
lumbar baja las lesiones traumáticas preferentemente
rompen discos; en la unión toraco- lumbar
predominantemente causan fracturas. Las fracturas de la columna
torácica son raras por la protección que significa
la caja torácica, pero de ocurrir son particularmente
graves, por incluir traumatismos del tronco y a menudo
daño irreversible en la médula espinal. Las
fracturas cervicales ocurren por angulación aguda del
cuello en sacudidas de flexo- extensión, como en
accidentes automovilísticos o en flexión marcada
por caídas de alturas o zambullidas en aguas poco
profundas 28, 31.
Al comparar los resultados que se presentan con otras
series, se observa lo siguiente:
Martínez Padilla 45 en un estudio realizado en el
Centro de Atención para Lesionados Raquimedulares de la
Ciudad de México del primero de marzo al treinta de
noviembre del 2006, reportó 51 pacientes, para un 73,91 %
de lesiones cervicales, seguidas por 13 pacientes, para un 18,84
% con lesiones lumbosacras y 5 casos para un 7,24 % que
presentaron lesión de la columna dorsal, lo cuál
coincide con la casuística presentada. Caballero
Chacón 46, 47 y Nieto Sampedro 48 reportan similares
resultados a los presentados en esta
investigación.
A juicio de la autora y según la
bibliografía consultada, la columna cervical resulta
particularmente sensible a los traumatismos, debido a que la
misma soporta el peso de la cabeza, aproximadamente entre siete y
diez kilogramos de peso, los músculos que la rodean son
pequeños y no existen otros huesos que contribuyan a la
protección de la misma. Todo esto, unido a que es la
región de mayor movilidad de la columna y que constituye
la zona de unión de dos elementos rígidos que son
la cabeza y el tórax, hacen de la columna cervical el
sitio más vulnerable ante la ocurrencia de un
trauma.
Tabla 7. Clasificación funcional de los
traumas raquimedulares y su relación con la
localización topográfica. Hospital Provincial"
Camilo Cienfuegos". Sancti Spíritus. 2006.
Fuente: Historias
Clínicas.
La clasificación funcional de los traumatismos
raquimedulares se ilustra en la tabla 7. Se reportaron 49 casos
de lesión incompleta, para un 96 % de todos los pacientes
estudiados, de los cuáles, 30, para un 93,75 % ocurrieron
en la columna cervical. En relación con las localizaciones
dorsales y lumbosacras, todos los casos presentaron lesiones
incompletas, para un 100 % de las mismas. En cuanto a las
lesiones completas, se informaron 2 casos, para un 6,25 %,
ubicándose ambos en la región cervical.
El primer documento exhaustivo acerca de la
lesión medular completa fue de Theoder Kocher en 1896. La
misma se caracteriza por una pérdida definitiva de la
sensibilidad y de la fuerza muscular por debajo del sitio de la
lesión y constituye la forma más severa; en tanto
que, en la lesión incompleta, las funciones motoras pueden
estar perdidas parcialmente o completamente desde el nivel de
afectación y sólo hay pérdida parcial de las
funciones sensitivas 9, 12, 23.
En la mayoría de las series publicadas se
describe una mayor incidencia de lesiones incompletas y varios
autores como Vaccaro 31, Martín Ferrer 44 y Nieto Sampedro
48 entre otros, concuerdan en que existe una gran relación
entre lesión completa y localización
topográfica de la misma en la región
cervical.
El único estudio que reportó un predominio
de lesiones completas estuvo a cargo de Gonzáles de la
Torre 12 en el Hospital General La Villa en la Ciudad de
México, donde se estudiaron 44 pacientes y de ellos, 28
casos, para un 64 %, presentaron lesión medular completa y
16 pacientes, lesión incompleta, que representó un
36 % de todos los casos.
Además de las lesiones primarias que se producen
directamente en el momento del traumatismo raquimedular, existen
lesiones secundarias que aparecen posteriormente. Algunas se
deben a las alteraciones post- traumática de las funciones
vitales, que en ocasiones se presentan; por ejemplo la hipoxia o
la isquemia medular. Otras lesiones secundarias se deben a un
manejo inadecuado de estos pacientes. Actualmente el tratamiento
conservador de las fracturas de la columna vertebral atrae el
interés de muchos médicos; tal vez porque la
cirugía de las fracturas vertebrales no obtiene resultados
satisfactorios, lo cuál puede guardar relación con
el hecho que la mayoría de los argumentos a favor de la
intervención quirúrgica, están basadas en
estudios observacionales y apenas existen estudio basados en la
evidencia. La principal ventaja del tratamiento conservador
consiste en la ausencia de morbilidad asociada a la vía de
acceso. Otras ventajas del tratamiento conservador son la corta
duración del ingreso hospitalario y la rápida
derivación hacia las terapias de rehabilitación 14,
18, 37, 46, 47.
Tabla 8. Distribución de los pacientes con
traumas raquimedulares ingresados en el Hospital Provincial"
Camilo Cienfuegos" de Sancti Spíritus durante el
año 2006 según los tratamientos
recibidos.
Tratamientos | No | % |
Médico conservador | 44 | 86,27 |
Quirúrgico | 7 | 13,72 |
Total | 51 | 100 |
Fuente: Historias
Clínicas.
La tabla 8, distribuye los pacientes según el
tratamiento recibido, observándose, que 44 pacientes, para
un 86,27 %, recibieron tratamiento médico conservador y
sólo 7 casos, o sea, 13,72 % de todos los pacientes
estudiados fueron tributarios de tratamiento
quirúrgico.
Forner Cordero 49 en un estudio realizado en el Hospital
La Fe de Valencia entre 2000- 2002, para comparar el tratamiento
conservador versus quirúrgico, concluyó que de un
total de 223 pacientes estudiados, 115 de ellos recibieron
tratamiento médico conservador, para un 51,8 % y 107 casos
necesitaron intervención quirúrgica, lo que
representó un 48,2 %, lo cuál coincide con nuestra
casuística; aunque en el estudio que se presenta el
número de pacientes tributarios de tratamiento
quirúrgico fue escaso.
Otros autores como Donovan 22 y Alund 27 reportaron
series similares al trabajo que se presenta. Moras
Hernández 14 en un estudio realizado en el año 2006
en el Hospital Clínico Quirúrgico Manuel Ascunce
Doménech de Camaguey, reportó un 82,25 % de los
pacientes con tratamiento conservador y sólo el 17,75 % de
los casos resultaron operados.
El tratamiento conservador, cada vez más
orientado hacia lo funcional, es el recomendado en una
mayoría de fracturas, en las cuáles el
pronóstico parece claramente favorable y su tendencia a
las complicaciones son mínimas. La conducta
quirúrgica debe reservarse para aquellos casos en los que
las características de la fractura hagan temer una mala
evolución.
La decisión entre tratamiento conservador o
quirúrgico, dependerá de un análisis
específico para cada paciente; en el que será
conveniente incluir, además de factores como la
región lesionada de la columna, el mecanismo de
lesión, el grado de destrucción de la
vértebra y sus ligamentos, la presencia de luxación
o cifosis inicial y el déficit neurológico, otros
elementos como: estado físico y pronóstico vital
del paciente, así como la actividad a esperar, de acuerdo
a su estilo de vida y el tipo de trabajo que realiza 17, 22,
38.
Tabla 9. Evolución de los pacientes con
traumas raquimedulares. Hospital Provincial" Camilo Cienfuegos"
de Sancti Spíritus. Año 2006.
Evolución | No | % |
Vivo | 49 | 96,07 |
Fallecido | 2 | 3,92 |
Total | 51 | 100 |
Fuente: Historias
Clínicas.
La tabla 9 muestra la evolución que siguieron los
pacientes. Se observa como 49 pacientes para un 96,07 % siguieron
una evolución favorable y fueron egresados vivos y
sólo en 2 casos tuvieron un desenlace fatal, lo que
representó un 3,92 %.
En un estudio realizado por Rodríguez
Suárez 39 en el Hospital Universitario" doctor Gustavo
Aldereguía Lima" de Cienfuegos, en una serie de 32
pacientes, reportó sólo un fallecido, para un 3,12
% de todos los casos; coincidiendo con la presente
investigación, donde predominaron los pacientes que
egresaron vivos. Asimismo, Pereira Riverón 3 en Ciudad de
la Habana y García Reneses 8 en España, obtuvieron
resultados similares a los mostrados en el presente
estudio.
En opinión de la autora, sólo cuando se
cuenta con un eficiente servicio para emergencias médicas,
se puede brindar a los pacientes con traumatismos raquimedulares
los beneficios de una recogida calificada, reanimación
respiratoria y circulatoria e inmovilización de la columna
vertebral en el sitio del accidente y transportación
asistida hasta el centro de atención secundaria, por
personal médico y paramédico. Además resulta
de suma importancia que los pacientes con estos traumas; cuando
son graves, lleguen a un centro especializado en la
atención de estas lesiones, dentro de las tres horas
posteriores al accidente, o al menos, que en ese lapso de tiempo,
reciban tratamiento de neuroprotección como la
metilprednisolona y la oxigenación que requiere el sistema
nervioso central; ya que, de la reanimación inicial y
transportación eficiente a cargo de los centros de
atención primaria y el Sistema Integrado de Urgencias
Médicas y las posibles acciones quirúrgicas o de
tratamiento médico intensivo, realizados en las primeras
horas en un centro especializado, dependerán, en
aproximadamente la mitad de los lesionados, sus posibilidades de
supervivencia y de reintegrarse plenamente a la vida social.
También es válido señalar, que existe otro
grupo de pacientes, afortunadamente reducido en la mayoría
de las series, en los que las lesiones primarias no
permitirán su recuperación; al menos, con los
conocimientos actuales.
Tabla 10. Complicaciones más frecuentes en
los pacientes con traumas raquimedulares. Hospital Provincial"
Camilo Cienfuegos". Sancti Spíritus. 2006.
Complicaciones | No | % | |
Hemorragia digestiva alta | 2 | 14,28 | |
Úlceras por presión | 3 | 21,42 | |
Infecciones nosocomiales | 5 | 35,71 | |
Vejiga neurogénica | 3 | 21,42 | |
Fenómenos tromboembólicos | 1 | 7,14 | |
Total | 14 | 100 |
Fuente: Historias
Clínicas.
La tabla 10 expone las complicaciones más
frecuentes, ocupando el primer lugar las infecciones nosocomiales
en 5 pacientes, para un 35,71 %, seguidas de la vejiga
neurogénica y las úlceras por presión con 3
casos de cada una, representando un 21,42 % respectivamente. Se
reportaron dos pacientes con hemorragia digestiva alta, para un
14,28 % y sólo un paciente presentó
fenómenos tromboembólicos, para un 7,14 % de todos
los casos.
En las etapas iniciales, las infecciones nosocomiales
son más frecuentes en los traumas raquimedulares abiertos
o en los cerrados que requieran cirugía urgente, por lo
que debe realizarse profilaxis antibiótica preoperatoria;
en las fases tardías las sepsis generalmente obedecen al
encamamiento, al uso de cateterismo vesical,
broncoaspiración de alimentos, entre otros 35, 43, 54,
55.
La hemorragia digestiva alta es un evento que puede
causarnos problemas desde la llegada del paciente a la sala de
emergencias, por lo que se aconseja utilizar tratamiento
antisecretor de forma sistemática 31, 43, 46,
47.
Los fenómenos tromboembólicos,
principalmente la trombosis venosa profunda y el tromboembolismo
pulmonar son frecuentes. La profilaxis con heparina de bajo peso
molecular en el área de urgencias durante las primeras
horas tras el traumatismo puede suponer la aparición de
hemorragias a otros niveles, especialmente graves en pacientes
con traumas craneoencefálicos, por lo que parece razonable
demorarla, sobre todo si se tienen en cuenta los frecuentes
trastornos de la coagulación que presentan los pacientes
con politraumatismos. Las úlceras por presión son
de aparición más tardía 56, 57.
En el pasado lejano, la condición de
paraplejía se acompañaba de graves infecciones
urinarias, en la actualidad, el mejor manejo del vaciamiento
vesical, con la colocación de una sonda de Folley en las
primeras horas del traumatismo para evitar la
sobredistención vesical que dañaría los
plexos nerviosos intramurales de la vejiga, dificultando la
recuperación de su tono original; y el control de las
infecciones, junto a los programas de rehabilitación
precoz del lesionado, han mejorado enormemente la
recuperación de los mismos 47, 58, 59, 60.
Según Martínez Padilla 42 en su serie, la
hemorragia digestiva alta fue la complicación más
frecuente, ocupando el 38,62 % de los casos, seguidas por las
sepsis nosocomiales con un 24,36 %, la vejiga neurogénica
con 20,29 % y las úlceras por presión con 16,71 %;
este autor no reportó fenómenos
tromboembólicos en su serie. Esto difiere con la
casuística presentada por la autora, ya que en la misma
predomina la hemorragia digestiva alta como complicación
más frecuente. Sin embargo, los reportes de otros autores
como Pihlajamaki 34, Fritzell 35 y Faraj 60 coinciden con los
resultados presentados en la investigación.
Conclusiones
El diagnóstico del problema de la
investigación en cuanto a la incidencia de los
traumatismos raquimedulares en la provincia de Sancti
Spíritus, permitió determinar que la
problemática con relación a esta patología
se encuentra focalizada en la morbilidad, debido a que la
mortalidad por dicha afección no comportó cifras
alarmantes. Se comprobó un predominio del sexo masculino
en las edades comprendidas entre 15-24 años porque es el
grupo implicado en las actividades más violentas y de
mayor riesgo.
Los accidentes de tránsito constituyeron la
etiología predominante, lo cual se ve favorecido en muchos
casos por actitudes inmaduras con respecto a las medidas de
profilaxis de los mismos, como son la falta de cumplimiento de
las leyes del tránsito, el uso inadecuado de medios de
protección, como el casco y el cinturón de
seguridad y la conducción de vehículos bajo los
efectos de la ingestión de bebidas alcohólicas.
Estos accidentes aportaron un mayor número de fracturas
por aplastamiento con localización mayoritaria a nivel de
la columna cervical ya que esta resulta particularmente sensible
a los traumatismos, debido a que soporta el peso de la cabeza,
los músculos que la rodean son pequeños y no
existen otros huesos que contribuyan a la protección de la
misma; esto unido a que es la región de mayor movilidad de
la columna y que constituye la zona de unión de dos
elementos rígidos que son la cabeza y el tórax,
hacen de la columna cervical el sitio más vulnerable ante
la ocurrencia de un trauma.
En cuanto a la clasificación funcional las
lesiones incompletas resultaron predominantes, ubicadas
también en la región cervical y el mayor
número de pacientes recibió tratamiento
médico conservador, este tipo de tratamiento orientado
cada vez más hacia lo funcional, es el recomendado en la
mayoría de las fracturas; reservándose la conducta
quirúrgica para aquellos casos en los que las
características de la fractura hagan temer una mala
evolución, aunque la decisión entre tratamiento
médico conservador o quirúrgico, dependerá
de un análisis específico para cada
paciente.
El mayor porciento de los pacientes fueron egresados
vivos y sólo se reportaron dos defunciones, las cuales
ocurrieron en el sexo masculino, esto se debe a que son
precisamente los hombres, quienes realizan las actividades
más difíciles y peligrosas y también son los
protagonistas de la mayoría de los accidentes de
tránsito.
La infección nosocomial resultó la
complicación más frecuente, la cuál obedece
generalmente al encamamiento, al uso de cateterismo vesical, a la
broncoaspiración de alimentos, entre otros; además
se reportaron otras complicaciones como las úlceras por
presión, la vejiga neurogénica, la hemorragia
digestiva alta y los fenómenos
tromboembólicos.
Recomendaciones
Profundizar sobre el conocimiento acerca del
comportamiento de los traumatismos raquimedulares en la
provincia de Sancti Spíritus, ampliando los
períodos de tiempo a estudiar.Ofertar cursos de adiestramiento en el manejo
integral del politraumatizado y específicamente ante
la sospecha de lesiones medulares, como realizar
inmovilización básica y transportación
adecuada.Informar a la población en general a
través de los medios audiovisuales sobre el
mínimo de ayuda que puede brindar y sobre todo, lo que
no deben hacer con estos lesionados.
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Autor:
MSc.Dra. Yasmina Estepe Fernández (*)
MSc.Dr.Domingo Ramón Fleitas García
(**)
* Especialista de 1er grado en Anestesiología y
Reanimación. MSc en Urgencias Medicas.MSc en
Bioética
* * Especialista de1er grado en Neurocirugía. MSc en
Urgencias Médicas. MSc en Bioética. Profesor
Instructor
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